La creciente dependencia de México en la carne importada desde EE. UU.

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México se ha vuelto cada vez más dependiente de las importaciones de carne provenientes de Estados Unidos para abastecer su consumo interno. Aunque el país cuenta con una importante industria ganadera, la producción nacional ya no es suficiente para cubrir las necesidades alimentarias de su población. Este desequilibrio se ha profundizado con el tiempo, reforzando una dependencia estructural de la carne estadounidense, particularmente en los sectores porcino, avícola y bovino.

Los datos más recientes muestran con claridad el dominio que ejerce la carne de origen estadounidense en el mercado mexicano:


📊 Tabla: Importaciones de carne de México desde EE. UU. (2022–2024)

Tipo de carne Volumen importado desde EE. UU. Participación en las importaciones totales de México Año
Cerdo 1,732,525 toneladas 80.7 % 2024
Pollo 773,000 toneladas 86 % 2022
Pavo 101,000 toneladas 100 % 2022
Res 76,034 toneladas 60.9 % 2024

Estas cifras revelan que, en ciertas categorías —como el pavo— México depende por completo del suministro estadounidense. En cerdo y pollo, la supremacía de EE. UU. también es contundente. Aunque el caso de la carne de res es más diversificado, Estados Unidos sigue siendo el principal proveedor.

Lo más preocupante no es solo el volumen, sino la naturaleza de los productos importados: buena parte de esta carne llega congelada, procesada industrialmente y contiene conservadores, hormonas y aditivos químicos que, si bien están permitidos en EE. UU., generan preocupación en sectores de salud pública en México.

Para revertir esta situación, el gobierno mexicano impulsó el programa Mejor Alimentación Local Organizada (MALO), con la intención de reducir la dependencia y fortalecer la producción local. Sin embargo, los resultados han sido mínimos. Las importaciones no disminuyeron, y el programa careció del alcance y respaldo político necesario para transformar cadenas productivas o empoderar a pequeños productores.

Entonces, surge una pregunta central:
¿Por qué México importa tanta carne si no alcanza a producir la suya?

La respuesta está en el modelo económico que rige el sistema agroalimentario nacional.


🧩 La paradoja de importar lo que no se tiene y exportar lo mejor

México no solo importa grandes volúmenes de carne; también es un exportador clave de carne de alta calidad y ganado en pie hacia Estados Unidos.

Solo en 2024:

  • 🇲🇽 Se exportaron 232,488 toneladas de carne de res
  • 🇲🇽 Más de 1.25 millones de cabezas de ganado bovino cruzaron la frontera
  • 💰 Se generaron ingresos por más de 1,300 millones de dólares

Paradójicamente, México exporta su mejor carne y al mismo tiempo importa carne más barata, muchas veces congelada, tratada y con aditivos. Lo mejor se vende afuera; lo industrializado se queda para consumo nacional.

Esto ocurre porque, para muchos distribuidores, supermercados y empresas mayoristas mexicanas, es más barato, rápido y rentable importar carne desde EE. UU. que desarrollar cadenas productivas nacionales. Además, si bien muchas de las importadoras son empresas mexicanas, en la práctica operan dentro de cadenas globales, con acuerdos comerciales o asociaciones con corporativos como:

  • Tyson Foods
  • Smithfield
  • JBS
  • Cargill

Estos gigantes dominan la industria cárnica global y su presencia en México influye en precios, distribución y acceso al mercado. Su poder desincentiva la inversión en producción local, condenando al país a una dependencia estructural sostenida por lógica de mercado, no por criterios de salud o seguridad alimentaria.


🚨 Conclusión: un sistema alimentario frágil

El caso de la carne revela una contradicción profunda: México es proveedor de carne premium para el extranjero, pero depende del exterior para alimentar a su propia población. La falta de inversión en infraestructura ganadera local, sumada a la orientación exportadora del sistema, ha creado una estructura en la que México consume lo que no produce y exporta lo que no come.

Si no se toman medidas de fondo, esta dependencia seguirá creciendo. La soberanía alimentaria seguirá siendo una promesa incumplida, mientras que la decisión sobre lo que comen millones de mexicanos seguirá en manos de intereses extranjeros.

 

This article is available  in english:  Mexico’s Growing Dependence on U.S. Meat Imports


Ganadería

 

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